Claves para la vida diaria

Me inicié en la práctica de la meditación Vipassana, originada en la tradición budista, en los años 1980. Como parte de mi aprendizaje asistía a varios retiros intensivos de 10 días cada uno durante los cuales se medita desde la madrugada hasta las tantas de la noche en pleno silencio, no solo de forma sentada, sino caminando, comiendo y casi durmiendo también. (Mi maestro solía decir que no le importaba que nos durmiéramos en la meditación siempre y cuando al despertarnos éramos capaces de decir si nos habíamos dormido en una inhalación o en una exhalación...) En algunos de estos retiros trabajaba en la cocina donde también la faena en equipo de preparar la comida para grupos nutridos se realizaba de manera meditativa, en pleno silencio. Fue para mi un aprendizaje estupendo de cómo combinar la atención concentrada, la cooperación y la comunicación no verbal en las actividades más cotidianas.

"Vipassana" significa ver las cosas tal como son. La práctica de llevar a cabo esta visión es perfectamente compatible con mi convicción adquirida de joven de que en la interacción refinada de la conciencia (la mente) y la existencia (material) ésta última es la más determinante. Por eso he devenido a lo largo de los años más y más crítico con las (pseudo)terapias basadas en esoterismo e ideologías neoliberales, a menudo servidas en salsa budista, que intentan resolver problemas sociales y estructurales como si fueran asuntos mentales y/o emocionales de individuos aislados. La práctica y el espíritu de Vipassana reconoce la existencia del sufrimiento como condición básica humana pero no excluye, más bien requiere –tanto de los individuos como de la sociedad como conjunto– acción social solidaria capaz de mitigar eficazmente el sufrimiento.

En ese espíritu se formularon las consejos de Christopher Titmuss. Los llevo en mi agenda desde hace décadas, los tengo colgados en las cocinas de mis diferentes hogares y aquí los comparto traducidos al español. (El texto original en inglés se puede leer aquí.)

1. Rechazar cualquier forma de ganarse el sustento que sea amenazante o destructiva para las personas, los animales o el medio ambiente y crear actividades útiles; tanto si se trabaja por cuenta ajena como si se es autónomo.

2. Practicar un estilo de vida de moderación y simplicidad voluntaria, y hacer que nuestras pertenencias duren.

3. Leer, escuchar y mirar (TV, cine, etc.) sólo lo que sea útil y nutritivo en lugar de abarrotar la mente con pasatiempos de relleno y contenido superficial.

4. Trabajar en la totalidad de nuestros aspectos, físicos, intelectuales, emocionales, espirituales, y en nuestra relación con los demás.

5. Dedicar tiempo cada día para estar a solas y en calma a través de, por ejemplo, meditación, yoga, tai chi, un paseo.

6. Establecer, si es posible, nuestro hogar como una zona “sin humo” ni consumo de carne, como expresión de una sociedad pacífica.

7. Desarrollar el grado de fortaleza interior para mantener los acuerdos, decir “sí” o “no” o “ya te diré” y decirlo en serio.

8. Considerar todos los acontecimientos y experiencias, no importa lo dolorosos que sean, como una oportunidad de aprendizaje.

9. Desarrollar y mantener contacto con personas de ideas afines a través de amigos, encuentros, viajes, cursos y retiros.

10. Valorar “ser” por encima de “tener”; “compartir” por encima de “tomar”; “soltar” por encima de “aferrar”, “abrirse” por encima de “apartarse”, “lucha” (no violenta) por encima de “apatía”.

11. Dar apoyo regular (en efectivo, especie, o ambas cosas) a algunos de la amplia gama de individuos, grupos, organizaciones e instituciones benéficas que manifiestan sabiduría y compasión.

12. En cuestiones políticas ser libre de la limitada ideología de la izquierda, la derecha y el centro para, en su lugar, preguntar ¿Dónde está la compasión?, ¿Dónde el esfuerzo real por la paz?, ¿Dónde la auténtica preocupación por las personas, los animales y el medio ambiente?, y apoyar activamente tal enfoque.

13. Ser receptivo a las alegrías de la vida en uno mismo, en los demás, en la naturaleza, en ser creativo, en las artes, en la conciencia, la inteligencia y la libertad, y celebrar las maravillas y los misterios de la vida.

(Traducción de Mª Jesús S. Almarcha)