El nacimiento de Tolmi

Fotografías © Erja Lempinen www.lempinen.se

La madre cuenta:

“Cuando quedé embarazada de mi primer hijo, sabía que no quería dar a luz a mi bebé en un hospital. En ellos, las pocas veces que había ido, me sentía insegura, fuera de lugar y muy pequeña. Pensé que al parir a mi hijo quería sentirme, por el contrario, fuerte y segura. De no ser en un hospital ¿dónde? No lo sabía, hasta ese momento no conocía la existencia de otras posibilidades. Pero estando embarazada me encontré con  varias mujeres que habían parido a sus bebés en casa y así se abrió ante mí una puerta nueva.

Lo que recuerdo con absoluta claridad de mi primer parto es el fuego chisporroteando en la chimenea, mis amigos más cercanos a mi lado propagando ellos también su calor, el amor en los ojos de mi marido al mirarme y a nuestra comadrona emanando su tranquilidad a toda la habitación. Recuerdo al principio haber estado completamente centrada en mí misma, en mis dolores, en el miedo a sentir más dolor, pero  de repente comprendí que estaba allí dando a luz a un nuevo ser y yo era parte de este milagro, el más grande de los milagros, ¡dar vida! Esto cambió todo, me abrió el corazón y pronto salió nuestro hijo.

Años después estaba embarazada de nuevo, la idea de volver a ser la creadora de una nueva vida, estaba esta vez clara en mi interior desde el principio. Ordené y decoré bonito nuestro salón. Era allí donde había decidido parir. A cada contracción pensé que en lugar de contraerme, me abriría. Estaba rodeada de mi marido, mi hijo, mis amigos y la comadrona, pero el contacto más intenso lo sentí con mi niña en el útero, trabajábamos juntas, ella queriendo salir y yo abriéndome para recibirla. Me preparé un baño caliente para relajarme y allí ¡me quedé hasta el final! Introduje mis dedos en mi vagina y pude sentir su cabecita. Allí estábamos solas ella y yo, y las velas encendidas iluminando la bañera.

Mis partos han sido las experiencias más maravillosas de mi vida. Al vivirlos sentí vivir con total plenitud ese presente y al mismo tiempo en íntimo contacto con la historia de todas las mujeres creadoras de vida. Yo he dado a luz a mis hijos, me he sentido fuerte y más cerca que nunca de mi parte animal, y con ello he crecido como mujer.”

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